Apreciables lectores ¿Qué hubiéramos pensado si hace 16 años Cuauhtémoc Cárdenas se hubiera reunido con líderes priistas para tomar el café? ¿Qué hubiéramos supuesto, si hace tan solo un lustro, Lino Korrodi se hubiera presentado en la cede estatal del PRD con miras a gobernar Tamaulipas?
Lo anterior sonaría a plena fantasía política al más puro estilo del día de los santos inocentes. Más aún, hace tres años, en agosto del 2006 ¿Qué se hubiera pensado de que el PAN y el PRD se sentaran a negociar una alianza para en contra del PRI? Sonaría absurdo, y es que en aquellos años AMLO movilizaba a su armada popular en contra de lo que se dijo fue fraude por parte del partido en el poder para arrebatarle la Presidencia de la República.
Hoy todo eso es posible: las ideologías, los insultos, la lucha del pueblo, las lágrimas, el coraje y todo lo que desembocaron se han ido por el más difuso de los ideales de aquellos líderes que velaban por el bienestar del pueblo.
Hoy Cárdenas se reúne sin pudor y a todas luces con Beatriz Paredes y los lideres rojos; Korrodi busca la candidatura por el PRD en Tamaulipas; se prepara una alianza entre PAN y los del sol azteca en Hidalgo, Puebla y Oaxaca. ¿Ahora qué viene? Sin duda, un rompimiento con los ideales de cada corriente, los optimistas podrán argumentar que por el bien del país no hay barreras y que todas las uniones a favor de la gente son buenas, pero lo cierto es que una vez más se demuestra que a los dueños del país sólo les interesa su propia conveniencia.
Por un lado que no se descarte la posibilidad de que debido a los conflictos internos y externos del PRD en Michoacán, el líder moral de esta agrupación partidista busque colocar a su descendencia en el poder, los fondos no importan mucho que digamos y si se pintan de rojo menos.
Por el otro lado, lo que se busca entre el PRD y el PAN es hundir al PRI, este año es de elecciones estatales y lo que se juega no es poca cosa: quitarle el poder en Hidalgo, Puebla, Oaxaca, Tamaulipas y demás sucursales rojas vale la pena. También dentro de sus estrategias es aminorar el poder que ha alcanzado Peña Nieto, aunque para ello tengan que convertirse el PAN y el PRD en íntimos hermanos, en absurdos alebrijes, en eso que siempre odiaron y para lo cual iniciaron tanto circo; y luego dicen que por que la gente no cree más en los políticos.
Nueva dirección
Hace 14 años
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