El desagradable suceso que se vivió al mediodía del pasado lunes 11 de enero, cuando supuestos integrantes del crimen organizado atacaron con granadas de fragmentación a elementos policiacos del municipio de Coacalco y Tultitlán- donde desafortunadamente también la población civil se vio dañada al morir un comensal presente en un restaurante de la zona-trajo consigo nuevamente la falta de coordinación entre las dependencias gubernamentales en cuanto a política de comunicación social se refiere.
No es la primera vez en que en nuestro país dos o más funcionarios públicos contradicen la información proporcionada por el otro. Baste recordar el papel del vocero del ex presidente Vicente Fox, a quien incluso se le parodió con la conocida frase de “lo que Chente quiso decir “.
Pues bien, para ser exactos, en la mañana del martes 12 de enero, a unas cuantas horas del desafortunado desaguisado protagonizado en la avenida José López Portillo- arteria donde se unen Tultitlán, Coacalco y Ecatepec- en el noticiero televisivo conducido por Carlos Loret de Mola, primeramente se informó a través de una nota que los agresores se llevaron a bordo de una patrulla a dos rehenes; minutos más tarde, en entrevista con el subprocurador de Justicia del Estado de México en la región , Alfredo Castillo, el funcionario desmintió dicha versión, pese a que varios reporteros presentes en la refriega y las mismas autoridades de Coacalco y Tultitlán afirmaron tal aseveración.
Ahí es donde surgen las dudas: ¿Existe coordinación y flujo correcto de información entre las autoridades máxime cuando se trata de cuestiones tan delicadas ?
No entendemos el porqué este tipo de situaciones se presentan con mucha frecuencia. Recordemos que la información es poder, pero al existir un número considerable de ruidos, el resultado es la confusión y eso alimenta suspicacias, versiones encontradas y dañan la imagen pública. Más allá de lo que aconteció, las secuelas de lo mismo, consecuencias y veredictos (que corresponderán a las autoridades judiciales esclarecer), se hace necesario una revisión de la política de comunicación social, al menos en el Estado de México.
El gobernador mexiquense debe por su condición e investidura ser el mejor informado de la entidad. Aquí surge otra pregunta: ¿Está de acuerdo con tantas versiones, confusas y contradictorias ?, ¿ Le informan con veracidad ? Si la respuesta a esta última interrogante es no, se encuentra en un estado de indefensión.
Nueva dirección
Hace 14 años
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