El día de ayer, festejó su cumpleaños el empresario Antonio Chedrahui, que en sus ratos libres también funge como Arzobispo de la Iglesia Ortodoxa de México. Al evento asistieron infinidad de personajes políticos, empresarios, artistas, intelectuales, en fin. Se destacó la presencia de Carlos Slim y de Enrique Peña Nieto.
Al final, al hacer declaraciones a la prensa, Chedrahui, manifestó su total desacuerdo con las bodas gay en el país. Las imágenes televisivas, mostraron un ambiente de primer nivel ante el onomástico de ese arzobispo. Buena comida, buen vino, supongo que buenos postres.
Esta es la realidad de la iglesia y el poder. Se supone que la iglesia y el gobierno tienen que luchar hasta el final por dar una mejor calidad de vida a los hombres y a las mujeres terrenales. Cuando Cristo entro en debate con los fariseos y escribas de la época, él los comparo con un sepulcro, que por fuera están bellos y emblanquecidos, pero que por dentro están llenos de inmundicia.
Hoy, los pobres ruegan a Dios porque los políticos les tiendan la mano. Por su parte, la iglesia le ruega a Dios por los políticos, para que ellos les sigan tendiendo la mano. Al final, la historia la sabemos: los fariseos y escribas crucificaron a Cristo.
Hoy día, todos los que felicitaron al arzobispo, son los que asumen con mucha dignidad el papel de ser los que clavan en la cruz todas nuestras esperanzas y nuestros sueños. Dios mío, ¡por qué nos has abandonado!
Nueva dirección
Hace 14 años
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