En estos momentos, el país es una bomba de tiempo. Por desgracia tuvo que pasarle una desgracia terrible a un futbolista famoso, para que las “autoridades” actuaran de manera contundente clausurando un antro donde pueden entrar personas con armas, como si se tratara de algo insignificante. ¿Hasta cuándo estaremos a expensas de la corrupción policiaca y administrativa? ¿Tratar de divertirse en un bar y acabar semi muerto o muerto, es lo lógico?
Aquí es donde no caben ni los discursos, ni decir que es una “trampa” política, ni la manga del muerto. No controlar este tipo de giros, es única y exclusivamente culpa del gobierno local, es decir, de Marcelo Ebrard. Sólo él y su gente deben de manejar una regla y disciplina dentro de los ámbitos de normatividad. Dejemos por un momento el dolor de Salvador Cabañas, que ha estrujado a toda la sociedad. Pensemos un poco en los clientes sin respaldo informativo.
¿Qué hará el jefe de Gobierno de la Ciudad de México para acabar con estos lastres? ¿Nada? Hoy, es cuando la ciudadanía necesita a su gobernante, a su líder. Sólo de imaginar cuántos casos se pueden dar en el que el papá le da permiso al hijo o hija para que salgan un rato a divertirse, y ya jamás los vuelvan a ver con vida.
Esto es un asunto tremendo, y las cosas se supieron un poco más porque se trató de un hombre famoso. ¿Qué sigue? ¿Hay alguien que nos explique cómo funcionan los antros en el DF? Que Dios nos agarre confesados. El caos moral en la Ciudad de México, comienza a hacer de las suyas, y sin duda, se convertirá en un caos político para las aspiraciones políticas de Marcelo Ebrard.
Nueva dirección
Hace 14 años
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