domingo, agosto 16, 2009

La Selección Mexicana, Carstens y la Profecía Maya.



Al “Perro” Bermúdez se le va la voz; a Javier Alarcón, le gana a veces la frustración “¡No me oíste, Osorio, no me oíste!”, le grita al jugador del Stuttgart, cuando este pierde un balón, aunque bien sabe que el jugador no lo va ni a pelar, pero igual lo escucha Justino Compeán o Decio de María. Al fin y al cabo Televisa no debe sentirse enojada ni frustrada por nada del mundo.

El Miércoles 12 de Agosto de 2009, quedará registrada como una fecha más donde las televisoras lanzan el reto a cualquier empresario mexicano: ¿cuánto a que nadie va al trabajo? Curiosamente, un día antes de este partido de “vital importancia para nuestras aspiraciones”, el Secretario de Hacienda, Agustín Carstens, nos lanza al infierno de las estadísticas “….el 2010 será un año de shock económico para nuestro país”. A veces me imagino al gobierno federal como el preámbulo de los jinetes del Apocalipsis. Qué bonitos se han de ver Calderón, Gómez Mont, Luis Téllez y Agustín Carstens, subidos en sus respectivos caballos trayendo todos los males que la profecía bíblica nos señala.

Sí, el gobierno de Calderón, decide aplastar nuestros sueños de tener una mejora económica, bueno ya ni pedir empleo porque esto ya podría ser hasta ofensivo. Si quieren circo y noventa minutos de un mundo feliz, pues que los mexicanos vayan al estadio Azteca, paguen lo que sea –aunque sea prestado- para comprar un boleto, que dejen el trabajo si eso los hace sentir soñados, que prendan la televisión…total, qué mejor que nuestra selección gane. Lo demás, es lo de menos.

El público abucheó el himno nacional “gabacho”. El partido se centró en dos cosas: la primera, que los gringos sintieran el smog y la altura de la ciudad de México; y segunda, una genialidad del San Cuau. El resultado fue diferente, Israel Castro y Miguel Sabah fueron los que salvaron a nuestra selección nacional. Pero qué sería de México sin el mismo Cuau, sin Giovani, sin Vela, sin Memo Ochoa, sin Torrado, sin Guardado. Digo, dependemos de seis jugadores, que gracias al cielo están en un gran nivel, pero de ahí en fuera, nada. Un favor Javier Aguirre: no llames más a Carlos Salcido, es un maleta, ya pasó su tiempo.

El partido termina 2-1 a favor de México. El Ángel de la Independencia espera a la afición rodeado de “tiras” que hasta risa dan cuando el escudo que traen está más alto que ellos mismos. Los turistas alojados en el Hotel María Isabel Sheraton, preparan sus cámaras fotográficas y de video, bien saben que no hay nada como la fiesta mexicana con sombrero y tequila. Hasta este momento de escribir la crónica, no se sabía de algún canal de E.U.A. que haya transmitido el partido.

Los jugadores festejaron en privado, con sus familias. Ellos ya cumplieron, ahora su preocupación son las primas económicas por partido ganado. El día en que se les ganó a los norteamericanos, ha pasado. Al terminar el partido, cambio de canal en la TV, veo un programa de History Channel, titulado “La Profecía Maya”, según nuestros antepasados hay fecha para el fin del mundo: 21 de Diciembre de 2012.

Qué bueno que los mayas nos comprendieron desde hace mucho tiempo; nos darán chance de ver el mundial de Sudáfrica, las próximas Olimpiadas y el fin del gobierno de Calderón. Pero entonces ¿no será presidente Peña Nieto, por culpa de las profecías mayas? Tal vez, la traducción de los jeroglíficos corrió a cargo de personas cercanas a Manlio Fabio Beltrones o al Peje.Total, más muertos no podremos estar en 2010, según el profeta de la Secretaría de Hacienda. Lo único bueno -entre Agustín Carstens y las profecías mayas- es que ¡Ganó México!

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