martes, agosto 18, 2009

En Cuautitlán, la "esperanza" de Fernández Clamont, es de todos.


Cuando Francisco Javier Fernández Clamont comenzó su campaña política para la alcaldía de Cuautitlán, todos respiraron un ambiente diferente. Curiosamente, muchos pensaban lo contrario. Los supuestos "observadores políticos" daban como ganadora a la candidata de Acción Nacional. Según, el apellido pesaba mucho, ya no digamos el apoyo incondicional de su hijo. Paco Santos es un hombre muy fuerte políticamente, es una persona que sabe lo que hace. Pero a veces las cosas no salen porque las quiera uno, sino por la dedicación que se le da a la circunstancia que se vive. Este fue el caso de Fernández Clamont. Su tremendo ímpetu por triunfar, sus deseos por querer ganar se reflejaban en el día, en la tarde y en la noche. En política electoral, las mañanas se convierten en aspiraciones, las tardes en acciones, las noches en reflexiones y las madrugadas en esperanzas. No puede caber en algún candidato un mínimo de fatalismo. Y así fue como Francisco Javier Fernández Clamont ganó la Presidencia Municipal de Cuautitlán. A partir de la toma de protesta de ayer, el municipio de Cuautitlán es diferente en concepto político, pero su riqueza, su esencia social, la nobleza de sus ciudadanos, sigue en pie y más fuerte. "Es momento de trabajar de la mano, ofreciendo un gobierno responsable, comprometido y honesto, donde prevalezca el diálogo. Pues todos somos Cuautitlán", fue parte del discurso del nuevo alcalde. La gente cree en este gobierno, no defrauden las madrugadas de toda una comunidad, porque son esperanzas. Que la palabra "esperanza" sea el slogan de la administración de Fernández Clamont.

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