Sí que le hacía falta al tricolor un triunfo como este. Nada mejor que ganar el municipio más importante de la República Mexicana. Si Naucalpan es del PRI, el país es del PRI. Tal vez suene a presagio, pero ahí llegaban juntos, alegres, emocionados, radiantes de felicidad, saludaban a la gente, se dejaban apapachar.
Enrique Peña Nieto y
Azucena Olivares Villagómez, entrelazaban sus brazos para caminar juntos hacia el presidium. La multitud vitoreaba "vivas" a
Azucena y enrojecían el rostro del Gobernador del Estado de México cuando le gritaban "
Peña, bombón, te quiero en mi colchón". Ha empezado la fiesta de
Azucena...y también la del PRI. La nueva alcaldesa de Naucalpan rinde tributo a quienes confiaron en ella, hace reverencia a su partido y exalta el proyecto de
Enrique Peña Nieto. Es una ceremonia breve, pero es una fiesta larga, muy larga, de ahora en adelante. La alcaldesa y el gobernador son los anfitriones. Muchos invitados se quedaron formados en las filas de acceso y no lograron ver ni de lejos este evento, pero nadie hizo ruido ni hubo quejas o gritos. La fiesta de
Azucena, no es con mariachis, ni con pastel. Esta fiesta, es muy de adentro, es muy de la gente, es una celebración donde los invitados acabaron siendo los anfitriones, y paradójicamente, los anfitriones
Enrique Peña y
Azucena Olivares, terminaron siendo los padrinos de honor.
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