Mientras los priistas tocaban las puertas de los vecinos para sufragar por ellos, el candidato perredista de Tultitlán Maurilio Hernández hacia de los restaurantes de la zona su principal centro de operaciones y su base central para discutir cualquier acción “electoral”. Los resultados están a la vista: 54 mil votos para Marco Antonio Calzada Arroyo. Para el PRD fueron alrededor de 36 mil boletas marcadas a su favor y para el PAN 14 mil sufragios. Ni juntando sus cifras, perredistas y panistas, igualan la cantidad con la cual ganó el priismo.
De extremo a extremo, los del sol azteca tuvieron un eclipse total. En Ecatepec, en Neza, en Texcoco, en Tultitlán, no había rincón del territorio mexiquense que fuera absorbido por el tsunami rojo. Ni en sus peores momentos el perredismo había experimentado algo tan catastrófico como la jornada electoral del 5 de Julio. Las esperanzas que tenían Marcelo Ebrard y Andrés Manuel López Obrador por conservar una estructura viviente en el Edoméx, se esfumó por completo.
Pero una cosa es que los perredistas se hayan confiado en ganar sus principales bastiones y otra muy diferente el trabajo que realizó Marco Calzada para recuperar uno de los municipios más importantes del estado de México. De hecho, aglutinar a los militantes priistas de Tultitlán era ya un reto, ni imaginar cuando se tuvo que tejer la estrategia para que los líderes políticos del municipio se pusieran la camiseta y encaminaran el mismo proyecto hacia el triunfo arrollador.
Pero la jornada electoral es cosa del pasado. Hoy, tenemos que hablar de los compromisos que adquiere Marco Calzada. Sin duda alguna, la Seguridad Pública es un problema que arrastra el municipio desde hace mucho tiempo. Ultrajes, robos a casa-habitación, asaltos con violencia, muertes, intimidación a comerciantes y empresarios, en fin, todo el concepto de lo que es la delincuencia organizada. Del primer lugar en corrupción a nivel nacional, por parte de Tránsito Municipal, ya ni hablar.
También los problemas de empleo, servicios públicos y dotación de agua potable, son en gran manera preocupantes. Pero mal estaríamos todos al plantear un escenario oscuro. Conociendo a Marco Calzada, hay muchas esperanzas. La definición de su proyecto político es encontrar resultados que beneficien a todo un conjunto de personas, no a unos cuantos.
Al consagrar su formación cívica y política en los principios liberales, colocan a Marco Calzada como uno de los líderes mexiquenses que van a dar mucho que hablar en su periodo como alcalde de Tultitlán. Hoy día, el PRI necesita a gente esforzada y preparada, sin lugar a cuestionamientos sabemos que el nuevo alcalde conseguirá sus objetivos y pronto Tultitlán recobrará la esencia de municipio modelo.
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