martes, enero 19, 2010

El Diablo, Ante los Ojos del Señor / Por Ser Urbano.


No es difícil encontrar personas dedicadas al somnoliento oficio de la conducción por carretera de pesados trailers; quienes aseguran haber tenido repentinas visiones fantasmagóricas en el camino, apariciones de seres extraños, objetos o entes cuyas imágenes aterradoras terminan con la concentración de los reyes del camino. No es para menos. Con sólo imaginar la aterradora escena la piel termina por engallinarse. Pero bueno, uno tiene dado por hecho que las leyendas no pasan de ser eso, historias lejanas en tiempo y espacio.

Incluso, tal vez sean viles mentiras inventadas ante ojos imberbes de chiquillos temblorosos, pero cuando la leyenda te alcanza y escuchas a personas cercanas platicar de las mismas experiencias, es en ese momento cuando el terror se convierte en pánico.

La realidad, rebasa a la imaginación: la semana pasada después de enterarnos de un aparatoso accidente en Av Reyes Heroles -justo frente al panteón Jardines del Recuerdo- en la zona conocida como la Curva del Diablo (de hecho cada autopista tiene sus curvas del diablo) donde un pesado trailer repleto de aceite comestible, volcó por “exceso de velocidad”.

Aquí, hacemos una pausa, para darle un gran mérito al Departamento de Tránsito Municipal de Tlalnepantla, porque tuvieron a bien desalojar lo más rápido posible el cargamento de la vialidad, metiendo cuantas cajas de aceite fueran posibles a sus patrullas cuyos operadores hacían gala de creatividad en el acomodo del preciado liquido, total “que tanto es tantito”.

Como dato, son incontables los percances y accidentes en este tramo carretero, tan solo de enero del 2009 a la fecha según reportes van más de 15 volcaduras entre otros incidentes menores.

Pues bien, aquí es donde comienza lo extraño. Se dice que la causa principal de estos hechos es el mismísimo Cristo; me refiero al monumento al “Cristo Resucitado”, este Cristo se encuentra en la cima de un pequeño cerro al centro del cementerio y domina desde su cima al Valle de México.

La estatua es de la misma piedra que forma los cerros circundantes y es por ello que en determinado momento se pierde en conjunto si no sabes que esta allí. Mide 40 metros de altura y está montada sobre una base de concreto de poco más de 10 m de altura. La figura es hueca y en su interior tiene una estructura metálica que soporta la cubierta de roca, manteniendo los brazos horizontalmente.

En este momento comienza lo sobrenatural, pues tanto vecinos del lugar, así como transportistas aledaños, aseguran haber visto a la referida escultura ¡cerrar los brazos!, lo cual según ellos es signo de desamparo para los veloces transportistas trayendo como consecuencia los fatales sucesos.

Ya sea verdad o ficción, la realidad es que habiendo muchos lugares mas para hacer sus maldades, el chamuco propietario de innumerables curvas, eligió este paraje, para hacer caer cual ficha de domino a cuanto remolque le viene en gana, con el algarabío y el festejo de los siempre atentos rapiñadores, ante los ojos complacientes del mismísimo Cristo Desamparador.

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