Investigadoras de la
Facultad de Estudios Superiores (FES) Cuautitlán de la UNAM,
desarrollan bioplaguicidas a partir de extractos de plantas medicinales y de ornato, para controlar insectos y malezas dañinos, sin necesidad de introducir
pesticidas tóxicos.
El uso de agroquímicos contribuye a la contaminación del subsuelo, suelo y medio ambiente; de ahí, la necesidad de establecer otras formas de control de plagas y enfermedades vegetales, para incrementar su producción sin ocasionar daños significativos a esos sistemas, explicaron
Ofelia Grajales Muñiz y María Elena Quintana Sierra, responsable y colaboradora del proyecto, respectivamente.
El grupo de investigación, dirigido por Grajales Muñiz, trabaja en la obtención de esos productos naturales o biocidas, a partir de
extractos de té de limón, eucalipto, cempasúchil, ajo, cebolla, chile habanero y de árbol, santa María, tejocote, higuerilla y maravilla amarilla.Hasta el momento, se han analizado principalmente
el ajo, el chile y la cebolla, por separado o en combinación, y se han manejado solos o en disoluciones alcohólicas (al 100 ó 75 por ciento) contra el caracol en nopaleras, el pulgón en rosales y la cenicilla en cempasúchil, dijo la universitaria.
“En el caso del caracol, el biocida repele la plaga y disminuye la población; en cuanto al rosal, los pulgones se vieron altamente controlados y permitió que la flor resurgiera sana”, señaló.
El té de limón inhibió la germinación de plantas arvenses o mala hierba, que se han hecho resistentes a herbicidas como el Fenoxaprop-p.
El ajo, cebolla y chile de diferentes especies han resultado eficaces contra el pulgón, la mosquita blanca, hongos como trips, alternaria y la cenicilla. El equipo de la
FES Cuautitlán, donde también colaboran
Rocío Azcárraga Rosete, Ma. del Carmen Barrón, Juan Carlos Rodríguez Huerta y Juan Garibay, pretende una “alternativa saludable para el ambiente”, a través del potencial natural que tienen las plantas para defenderse.
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